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Posusje Casa de Matusa Kovac y Janja Boras - Foto DF |
Capitulo 2- La casa de mi abuelo.
Era cerca de la una de la mañana cuando avizoramos
luces de un pueblito, le pregunto a Zelko por milésima
vez si falta mucho, me dice que es allí donde veo
las luces, me pongo muy ansiosa, siento que es un momento
tan esperado en mi vida me tengo miedo, no se como
voy a reaccionar, me entretengo mirando a los
costados, mucho campo que en alguna época estuvo
todo sembrado, ahora no, me explica mi primo, nadie
se molesta, solo cada casa tiene su quintita, con
las verduras y frutas para el consumo de la familia, ahora la
mayoría de los jóvenes emigraron a la capital para
estudiar o a trabajar a Alemania, solo quedaron los viejos ...
De pronto frena el auto en una callejuela que esta
en subida, algo así como si fuera Río Ceballos, y me
encuentro frente a frente en la casa de mi abuelo,
Zelko baja corriendo y toca la puerta, inmediatamente sale
una viejecita muy coqueta, con un pañuelo como
vincha que me abraza y me dice hija mía, mis primos
desaparecen, no quieren entrar, yo ni me doy
cuenta porque, mi tía Danica no deja de abrazarme y decirme
que estaba preocupadisima por mi tardanza que se
entero que hubo un accidente en la ruta y que temió por mi,
le pregunto,¿porqué? Si mi primo le habló por
teléfono para que no se preocupara, me dice que ocurren
tantas cosas que de todas maneras se preocupó.
Otra vez en casa pienso, mi madre es igual. y sigue hablando -
¿Que te doy de comer? Pone en la mesa mientras va
hablando, unas masitas que ella hizo, - Nada, solo café,
digo
Me miró con sorpresa, y agregó
-Has hecho un largo viaje y debes alimentarte, yo
te preparo algo mientras subís a saludar a tu papá, que se
canso de esperarte y me encomendó que apenas
llegues que subieras a verlo...
En ese momento aparece un hombre sonriente, mi tía
me lo presenta como mi primo Vlado, el mismo nombre
que mi papá, es muy cariñoso y servicial, es una
persona grande pero es aniñado, después me enteré que
tuvo una enfermedad cerebral y que quedo así. Al
enviudar volvió a vivir con su madre, tiene hijos que están
casados y no viven en Posusje.
Siempre sonriendo, me indica el camino mientras
toma mi valija, y me precede, mientras tanto, me siento
como viviendo un sueño, subo las escaleras hasta
el primer piso y toco una puerta donde me dicen que está
mi papá, cuando escucho adelante, entro y mi papá
me abraza y me dice que creyó que lo había abandonado,
por segunda vez en un rato me sorprendo y digo
protestando:
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Emigrantes: Al encuentro con mis
raíces... cap I y II
- pero papá, digo, si quedamos que en esta época
yo iba a venir, inclusive me adelanté unos días. Me
responde:
- sí, pero pensé que no ibas a venir
Pienso para mis adentros que cada cual vive sus
propias fantasías y sus propios miedos independientes de la
realidad quizás en otro tiempo me hubiera enojado
ofendida defendiendo mi posición pero ahora me doy
cuenta, que mi papá fuerte, en alguna época,
envejeció y se hizo débil, me cuesta asumirlo, yo aún me
siento muy joven y necesito protección, y resulta
que ahora tengo que protegerlo, se que es la ley de la vida
como dice mi madre, pero no lo tengo elaborado.
Mi primo me saca de mis pensamientos y me quiere
mostrar el cuarto que prepararon para mí, así que me
despido de mi papa, cierro la puerta y me
encuentro en un pasillo con piso de madera que rechina al pisar yo,
entro en el cuarto contiguo, miro todo alrededor,
me asoman por la ventana, que tengo a mi frente, corro las
cortinas de voile, y veo la calle, los
transeúntes, me sorprendo que a esa hora, todavía haya gente charlando
en la vereda.
Miro a mi alrededor, el cuarto es chico, tiene dos
camas, una mesa de luz en el medio, piso de madera, con
una alfombra colorida cubriendo todo el piso, una
almohada muy grande y mullida, pienso ¿quien habrá
dormido en este cuarto cuando mi papá era chico?
Me siento rara, de nuevo la sensación de haber entrado en
el túnel del tiempo, de pronto me doy cuenta que
tía Danica me esta esperando, asi que dejo mi valija sobre
una silla, y bajo casi corriendo la escalera...
Ya esta el café preparado, en una cafetera de
cobre, chiquita como para dos tazas, un platito tapándola,
para que se decante la borra, Dios mío pienso es
como en mi infancia, todo dispuesto en una bandejita
redonda de cobre también, el mantel es de
gobelino, a
flores y al costado un sillón cama que mi mama
llamaba 'secia', por supuesto no faltan las masas hechas por
mi tía, que presta se sienta a mi lado, prende un
cigarrillo que me sorprende, tiene casi noventa y un años,
cuando la miro sin darme cuenta
interrogativamente, ella me dice que solo fuma con el café...
No recuerdo ahora de que hablamos, solo vagamente
que me dio la bienvenida y yo que le agradecía que me
hubiera recibido en la casa de mi abuelo... y ella
con cara de asombro me contestó:
-Pero, mi alma, ésta es tu casa, vos sos de mi
sangre...
Sus palabras me hicieron muy bien... Pero aun hoy
me es difícil aceptar como algo que es normal para mucha
gente, a los cuarenta y nueve años conocí a mi
tía, que me trataba como si siempre nos hubiéramos
relacionado, y yo me sentía rara, extraña, un
sentimiento que por años tuve pero por otras razones mas bien
me sentía excluida del mundo del parentesco, y
ahora conocía con muchas décadas de atraso, lo que para
otros era cotidiano, y cuyos sentimientos pudieron
cimentar o no, a través de toda una vida... pero como
decía mi ex cuñada y que se me quedó grabado, 'a
lo bueno uno se acostumbra enseguida', creo que tenía razón,
todo esto me lo planteo ahora que tomo distancia,
en su momento, lo único que me pasaba era sentirme bien.
Pasaron las horas, ya era más de la una y media de
la mañana, llegó la hora de ir a dormir, tía Danica me
recomendó...
-Dormí hasta la hora que te haga falta, nosotros
nos levantamos muy temprano aquí, espero que no te
despertemos, pero vos has tenido un largo viaje y
necesitas descanso.
-No creo que duerma mucho, le contesto, no veo las
horas que llegue mañana para poder conocer el resto de
los parientes, y todo Posusje.
-Tía Andelka, la viuda de un hermano de papá que
murió en Zagreb en la segunda guerra, estuvo varias veces
hoy, pensando que llegarías mas temprano, estaba
ansiosa por conocerte, prometió volver mañana...
-Oh, que lástima, contesto, me hubiera encantado
verla hoy, pero el accidente en la ruta atraso mi
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raíces... cap I y II
venida...hablo mientras mi otro yo observa los
ojos verdes muy parecidos a
los míos de mi tía ...-bueno, le digo, ahora si me
despido y te dejo descansar, yo me quedaría toda la noche
porque estoy tan acelerada que no creo que pegue un
ojo pero me imagino que vos estas muerta...
-No, 'duso moja' alma mía, (es su forma de
dirigirse a los sobrinos y nietos) anda tranquila no te preocupes
por mí.
Me encaminé a mi cuarto, subiendo las escaleras y
sorteando macetas a todo lo largo, abrí despacio la puerta
que daba a los cuartos para no despertar a mi papá
y a mi primo, intenté entrar de puntitas de pie pero no
contaba con que el piso era de madera y rechinaría
a mi paso, me sonrío para mis adentros, como diciendo que
le voy hacer, me desvisto rápidamente, me saco
todo el maquillaje, y prácticamente me zambullí en la
cama escuché gente hablando debajo de mi ventana,
traté de imaginarme quienes podían ser a esa hora, la
brisa suave entraba por la ventana, yo daba muchas
vueltas, estaba sobreexcitada y me costaba conciliar el
sueño hasta que perdí la conciencia y me dormí
profundamente.
Me despiertan de nuevo las voces debajo de la
ventana y una lluvia torrencial, rara en ese lugar de sequías,
tengo...(continúa)