miércoles, 21 de noviembre de 2007

Sugerencias de Agnes para lidiar con una adolescente

Dialogo entre madre e hija por "Maitena"
Agnes, tiene una adolescente
Guia para superar los trastornos de la Adolescencia con humor
Miro el papel, la hoja blanca me mira a mí. Vuelvo a medirla con la mirada, ella me
mira a mí. Quisiera ponerle cosas, quisiera que en sus renglones bailaran palabras, como cuando mis dedos corren presurosos por el teclado, y pareciéramos un conjunto alegre y feliz, mi hoja y yo…Sonrío al leer estas líneas, calculo mas o menos los años en que puedo haber escrito esto en mi hermosa máquina de escribir.
Todo me gustaba de ella, el sonido de las teclas, al marcar las letras de las palabras, el ruido cortante del carro cuando lo volvía para comenzar una nueva línea, las hojas que tiré porque me equivocaba y cambiaba de idea sobre alguna frase, o párrafo.
Sigo leyendo…”hoy estoy muy triste, porque A no vino a verme…y yo me quedé esperándolo, hasta altas horas de la madrugada. Por supuesto mis padres estaban enojados porque dijeron que yo no tenía orgullo, porque sufría por alguien que no se lo merecía.”
Paro un poco con la lectura y me sitúo con mi pensamiento en mi adolescencia, que yo recordaba feliz, pero claro, a la distancia desaparecen todos los rastros de dolor de esa época, y se recuerdan todas las emociones y dolores, pero eso si, todos en grado amplificado. Mi nariz, era la más grande y terrible de todas, la de mis amigas y yo. Mi delgadez, un espanto, era mejor tener formas y curvas. Y cuando me decían que parecía una modelo, tampoco me hacia feliz.
La adolescencia es así, es una época de transición, y de emociones agradables y tristes,
Pero cuyas imágenes se ven más acertadas, cuando se amplifican con un lente, como para verlas, más grandes, mas intensas, más alegres, más tristes…más.
En este momento ya no soy adolescente, pero tengo una mirándome y esperando que la atienda, como la puedo ayudar?
  1. Me pregunta por centésima vez, mientras se mira al espejo, si le queda bien el pantalón. Le sonrío con paciencia y le digo que le queda hermoso.
  2. Llora desconsolada mente porque su amiga prefirió a otra para que la acompañara a comprar suministros importantísimos al centro de compras, entonces la abrazo con fuerza y le digo que la amiga seguramente la va a llamar otro día.
  3. Me dice que quiere en vez de la fiesta de rigor, que le pague un implante de senos para los quince años???? Después de reponer me de la sorpresa le digo que es chica, que mejor lo dejamos para más adelante, cuando su cuerpo este un poco más formado.
  4. Otro día aparece, teñida de morocho, al abrir la puerta yo pego un alarido, pero después reconozco a mi hija, y posteriormente de la pregunta porque tapaste tu hermoso, pelo dorado? Me responde que las rubias tienen más problemas porque hay prejuicios, con respecto a que la gente cree que todo les es más fácil. Sin ponerme a pensar si hay algo de razón en ello, la abrazo y consuelo, rogando a Dios por mi, que me de cordura y paciencia.
  5. La solución pienso, es abrazarla y contarle con ternura que la adolescencia pasa, y llega otra etapa que esta es de transición. Y colorín colorado la historia continua….(sigue)