Guía
con humor que usé para olvidarme del pucho (pitillo o cigarrillo)
Un día decidí dejar de fumar, y en cuanto estrené el primer día de aire limpio a mi alrededor , no se como, comencé a escuchar por todas partes recetas de gente bienintencionada que me acercaba ideas para superar ese mal trago, que es, extrañar mañana tarde y noche, el placer de fumar. Y con lo que me contaron, más lo que se me ocurrió a mí, hice una guía para superar el momento.
Me alejé de los lugares que podía asociar con el placer del pucho por ejemplo…
De ahora en más me olvidé de tomar un cafecito a mi cafetería preferida
No vayas! Me decía una voz interior ya que tendrás irremediablemente ganas de fumar.
A los amigos que humean, les dije que por el momento saltearan mi casa y
que no me visitaran hasta nuevo aviso, que el hecho de que ellos hicieran volutas de humo displicente mente hacía que yo recordara esos viles hábitos.
Sin darme cuenta, mi mundo se dividió entre la gente que fuma y la que no lo
hace desgraciadamente, la que no lo hace, muchos no eran mis amigos de antes
se ve que nos amuchábamos los humeantes, y ahora que me pasé al otro bando
Después del almuerzo y cena tengo prevista alguna actividad, para que en lo posible pueda salir corriendo, a calmar mi ansiedad cuando extrañe a “don pucho”.
Después de cualquier actividad satisfactoria o no, ideo o me organizo con alguna actividad también placentera para seguirla y no salir ansiosamente a buscar un pucho, como era tu costumbre antiguamente es decir unos meses atrás.
Disfruto del aire puro, de la ropa irreconociblemente perfumada, de los olores
lindos y no tan lindos que comienzo a percibir.
Se me ocurrió mil veces pedirle una pitada a alguien que estuviera fumando,
Me contuve porque sabía que sería el fin, de mi abstinencia.
Me guío por mi voluntad, hoy no importa cuanto tiempo hace que lo dejé, hago un día cada vez y la tarea es mas llevadera así